A iterar que son dos días

“Scrum ya no nos vale”. Así de rotundo se manifestó ayer a la muy taurina (o furbolera) hora de las 5 de la tarde el Project Manager de una compañía con aspiraciones, que no perspectivas, de dominar el valle del Sillicon y el del Ganges si se tercia. El individuo en cuestión nos cuenta en exclusiva cuales han sido los principales inconvenientes a la hora de adoptar Scrum en su organización y como a partir de su particular deconstrucción de esta metodología el ChaosKrun va tomando forma. El gran problema que nos plantea Scrum es su pobre definición del concepto de tarea, ¿qué es una tarea? ¿donde empieza? ¿donde acaba?, Scrum no establece métodos fiables para calcular los límites y dimensiones de una tarea. Nosotros, con ChaosKrun hemos salvado este inconveniente adoptando el concepto de “tarea atómica” definido por David Allen. Pero a la hora de decidir qué es una tarea atómica surgen nuevas dudas, ¿donde están las fronteras del átomo? ¿cuales son sus dimensiones? ¿es igual de gordo un átomo de Hidrógeno que otro de Uranio?, me da a mi que no, ¿qué átomo tomar pues como patrón?. Nuestro Product Owner, persona de estudios e ideas imaginativas encontró la solución: lo lógico es que nuestro átomo patrón sea la propia ficha de Scrum, de manera que todo lo que quepa en la ficha forma parte de su atomicidad. Derivado del anterior surge otro inconveniente, ¿como proceder cuando el equipo estima que la atomicidad (o duración según el Scrum clásico) de una tarea excede el número de story points del sprint? La solución por parte del ChaosKrun es recurrir a la propia esencia iterativa de Scrum de forma que, lo que no dé tiempo, se deja para después. Al fin y al cabo eso es iterar. Ante rumores de que la Nasa y Google están estudiando adoptar estas mejoras miembros fundadores del Agile manifesto se plantean ayunar y recorrer a pie los caminos para difundir su auténtico mensaje, evangelizar a cuanto pagano encuentren y revelar al mundo su Buena Nueva.